viernes, 2 de octubre de 2009

Manuel Castells, Las TICS

Manuel Castells
La era de la información
La revolución de la tecnología de la información

Al final del siglo xx, estamos atravesando un intervalo en la historia caracterizado por la transformación de nuestra “cultura material” por obra de un nuevo paradigma tecnológico organizado en torno a las tecnologías de la información.
Por tecnología se entiende “el uso de un conocimiento científico para especificar modos de hacer cosas de un modo reproducible” Harvey Brooks y Daniel Bell. Las tecnologías de la información son el conjunto convergente de tecnologías en microelectrónica, computación (máquinas y software), telecomunicaciones / transmisiones, y la opto electrónica, también la ingeniería genética y su creciente conjunto de descubrimientos y aplicaciones. Ésta se ha concentrado en la decodificación, manipulación y reprogramación de los códigos de información de la materia viviente; y en los 90s, la biología, la electrónica, y la informática parecían estar convergiendo e interactuando en sus aplicaciones y en sus materiales.
En las dos últimas décadas se han producido rupturas tecnológicas en materiales avanzados, fuentes de energía, aplicaciones médicas, técnicas de manufacturas (existentes o potenciales, como la nanotecnología), y la tecnología de la transportación. El actual proceso de transformación tecnológica se expande exponencialmente por su habilidad para crear una interfaz entre los campos tecnológicos a través de un lenguaje digital común en el que la información es generada, almacenada, recuperada, procesada y retransmitida.
Las revoluciones tecnológicas, penetran en todos los dominios de la actividad humana. La actual se centra en la aplicación del conocimiento y la información a la generación de conocimiento y los dispositivos de procesamiento/ comunicación de la información, en un circuito de retroalimentación cumulativa que se da entre la innovación y los usos de la innovación. Los usos de estas tecnologías de telecomunicación en las dos últimas décadas han atravesado tres etapas diferentes: la automatización de tareas, la experimentación de usos y la reconfiguración de las aplicaciones. Por primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza productiva directa, no solo un elemento decisivo del sistema de producción. Hoy las computadoras, los sistemas de comunicación, y la decodificación y programación genética son amplificadores y extensiones de la mente humana.
La revolución tecnológica de la información se ha expandido por todo el mundo en menos de dos décadas, desplegando una lógica: la aplicación inmediata para su propio desarrollo de las tecnologías que genera, conectando al mundo a través de tecnología de la información. La velocidad de la difusión de la tecnología es selectiva, tanto social como funcional. Los tiempos diferenciales para el acceso al poder de la tecnología por parte de las personas, los países y las regiones son una fuente crítica de desigualdad en nuestra sociedad.
Mokyr describe en las revoluciones un periodo de “cambio tecnológico acelerado y sin precedentes”. Un conjunto de macro invenciones preparó el terreno para el florecimiento de las micro invenciones en los reinos de la agricultura, la industria y las comunicaciones; el surgimiento de una aplicación tecnológica transformaba el proceso de producción y distribución, creaba un torrente de nuevos productos, y elevaba decisivamente la ubicación de la riqueza y el poder en un planeta que de pronto se ponía bajo el alcance de aquellos países y elites capaces de dominar el nuevo sistema tecnológico. Las innovaciones tecnológicas se dieron en grupos, interactuando entre sí en un proceso de retornos incrementados, reflejan un estado dado del conocimiento, un ambiente institucional e industrial particular, una cierta disponibilidad de habilidades para definir el problema técnico y para resolverlo, una mentalidad económica para hacer que esa aplicación sea eficiente en términos de costos, y una red de productores y usuarios que puedan comunicar sus experiencias acumuladas, aprendiendo por el uso y por el hacer.
El registro histórico parece indicar que, cuanto más estrecha sea la relación entre los lugares de la innovación, producción y uso de las nuevas tecnologías, cuanto más rápido se da la transformación de las sociedades, y cuanto más positivo sea el feedback de las condiciones sociales sobre las condiciones generales más innovaciones pueden ocurrir. Así, las condiciones sociales específicas guían la innovación tecnológica que se dirige a sí misma hacia el camino del desarrollo económico y la innovación. La reproducción de esas condiciones es cultural e institucional, tanto como económica y tecnológica.
El nivel de integración ha progresado de a saltos, en este tiempo, el poder de los chips puede ser evaluado por una combinación de tres características: su capacidad de integración, indicada por la línea de menor grosor en el chip medida en micrones (1 micrón = 1 millonésima parte de una pulgada); su capacidad de memoria, medida en bits: miles (k), y millones (mega bits); y la velocidad del microprocesador medida en megahertz. Al darse cuenta de este potencial, se fundó Microsoft que es hoy la empresa de software que domina el creciente mercado de las microcomputadoras. En los últimos 15 años, la creciente potencia del chip ha resultado en una dramática ampliación del poder de la microcomputadora, limitando la función de las máquinas grandes.
A los avances en microelectrónica y software hay que agregar los de las capacidades de las redes, la combinación de tecnologías “nodales” (llaves switch electrónicas y routers) y nuevos vínculos (tecnologías de transmisión). Importantes avances en opto electrónica (fibra óptica y transmisión láser) y en tecnología de transmisión digital de paquetes amplían la capacidad de las líneas de transmisión. Diferentes formas de usar el espectro radial (transmisión tradicional, transmisión satelital, micro-ondas, telefonía celular digital) así como el cable coaxil y la fibra óptica, ofrecen una diversidad y versatilidad de tecnologías de transmisión que están siendo adaptadas a una gran gama de usos, y hacen posible la comunicación ubicua entre usuarios móviles.
El microprocesador hizo posible la microcomputadora; los avances en telecomunicaciones, como mencionáramos, permitieron que las microcomputadoras funcionaran en redes, incrementando así su poder y flexibilidad. Las aplicaciones de estas tecnologías a la electrónica y a la fabricación aumentaron el potencial para nuevos diseños y tecnologías de fabricación en la producción de semiconductores. El nuevo software fue estimulado por el mercado de las microcomputadoras y su rápido crecimiento que, a su vez, explotó sobre la base de nuevas aplicaciones y tecnologías amigables que brotaban de las mentes de los escritores de software.
En los 90, la revolución de la biotecnología se ha visto acelerada en todo el mundo por la existencia de mercados más abiertos, y por las mayores posibilidades educativas
y de investigación. Todos los indicadores apuntan hacia la explosión de sus aplicaciones con el cambio de milenio, disparando de esta forma un debate mucho más fundamental a la hoy borrosa frontera entre naturaleza y sociedad.
Melvin Kranzberg, uno de los principales historiadores de la tecnología, escribió
“La Era de la Información ha revolucionado realmente en los elementos técnicos de la sociedad industrial” (1985:42). En cuanto a sus efectos societales: “Mientras que pueda
ser evolucionante, en el sentido que todos los cambios y beneficios no aparezcan durante la noche, será revolucionario en sus efectos sobre nuestra sociedad” (ibid. 52).
La absoluta comprensión de la revolución tecnológica que estamos viviendo
requeriría la discusión de la especificidad de las nuevas tecnologías de la información vis-à-vis sus ancestros históricos que tienen igual carácter revolucionario, las tecnologías de la información basadas en la electrónica (incluyendo la impresión electrónica) poseen una incomparable capacidad de memoria de almacenamiento y velocidad de combinación y transmisión de bits. El texto electrónico permite una
sustantivamente mayor flexibilidad de feedbacks, interacción y reconfiguración de texto, característica que cualquier procesador de texto posee, alterando de esta manera el proceso de comunicación en sí mismo. La comunicación on-line, combinada con la flexibilidad del texto, permite una programación omnipresente, temporal/espacialmente
asincrónica, la sociedad industrial, al educar a sus ciudadanos y al ordenar gradualmente la economía en torno al conocimiento y la información, preparó el terreno para el potenciamiento de la mente humana cuando las nuevas tecnologías de la información estuvieran disponibles.